El sol es un gran recurso para crear electricidad limpia y duradera que no contamina el medio ambiente ni contribuye al calentamiento global. Los impactos ambientales potenciales de la energía solar, como el uso de la tierra y la pérdida de hábitat, el uso del agua y los compuestos peligrosos en la fabricación, pueden variar ampliamente según la tecnología.

La producción de energía solar se puede dividir en células solares fotovoltaicas (PV) y plantas termosolares de concentración (CSP). El tamaño del sistema, que puede variar desde diminutos conjuntos fotovoltaicos distribuidos en azoteas hasta proyectos fotovoltaicos y CSP masivos a escala de servicios públicos, tiene un gran impacto en el medio ambiente.
Emisiones de carbón
Si bien no hay emisiones de carbono relacionadas con la generación de energía solar, existen emisiones asociadas con otras etapas del ciclo de vida solar, como la producción, el transporte de materiales, la instalación, el mantenimiento y el desmantelamiento y desmantelamiento. La mayoría de las emisiones del ciclo de vida del sistema solar se estiman entre 0,07 y 0,18 libras de dióxido de carbono equivalente por kilovatio-hora. Un estudio muestra que se estima que la energía solar concentrada emite de 0,08 a 0,2 libras de dióxido de carbono equivalente por kilovatio-hora. Esto es significativamente más bajo que las tasas de emisión de CO2E del ciclo de vida para gas natural (0.6-2 lbs/kWh) y carbón (1.4-3.6 lbs/kWh) en ambas situaciones.

Sustancias peligrosas
En el proceso de producción de células fotovoltaicas se emplean varios compuestos peligrosos, la mayoría de los cuales se utilizan para limpiar y purificar la capa de semiconductores. El ácido clorhídrico, el ácido sulfúrico, el ácido nítrico, el fluoruro de hidrógeno, el tricloroetano y la acetona se encuentran entre los productos químicos utilizados en el negocio de los semiconductores.
La cantidad y el tipo de productos químicos utilizados están determinados por el tipo de celda, la limpieza requerida y el tamaño de la oblea de silicio. La inhalación de polvo de silicio también representa un riesgo para los trabajadores.
Además de los efectos ambientales mencionados anteriormente, las instalaciones de energía solar pueden tener otras consecuencias, como la alteración del estatus socioeconómico de una región. La construcción y operación de instalaciones de energía solar a gran escala tendría consecuencias económicas directas e indirectas en un área determinada. Los efectos directos resultarían de los gastos de sueldos y salarios y la adquisición de productos y servicios requeridos para la construcción y operación del proyecto.
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Fuente: Go Blue Sun
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